Sunday 12 February 2012

Ellas Virtual - En foco

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La chef Patricia Miranda Allen (Izq.) junto a Cheli Guerra, cuyo trabajo inspiró el libro.

La chef Patricia Miranda Allen no le prestó atención al correo electrónico que recibió. Estaba ocupada en su restaurante Cerro Brujo, en Volcán, y además le parecía que su pequeño libro en ngabere no era digno de un Gourmand Award. Pero cuando el presidente de Gourmand International, Edouard Cointreau, volvió a escribirle pidiéndole que por favor le enviara su libro Ñukwä Ja Tare Tikwe para postularlo para los Gourmand Awards, Miranda decidió responderle, pero no con lo solicitado, sino explicándole que “era un libro pequeño y una cosa muy sencilla”, que no ameritaba contarse como libro de cocina para estos premios. El señor Cointreau insistió, explicándole que era importante que enviara una versión digital del libro. Y así lo hizo.

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En diciembre del año pasado, le avisaron que había resultado semifinalista en la categoría de Mejor chef Mujer del mundo, y que participaría en la final de la categoría de mejor traducción, compitiendo con Marruecos, Inglaterra y China. Miranda es uno de los 37 chefs latinoamericanos nominados a estos premios, en las diferentes categorías, y la única panameña este año.

La premiación final será el 6 de marzo en París, en Les Folies Bergere. Miranda no sabe si asistirá y ríe al contar la historia.

Ese pequeño escrito culinario que ella creyó no merecer contarse como libro, fue el resultado de un favor que le pidió una amiga hace dos años, y está nominado como traducción pues no está escrito en español, sino en ngabere, el dialecto que de los ngäbe.

“Una amiga mía, Cheli Guerra, que es educadora  en Paso Ancho, estaba dando clases de educación para el hogar   a un grupo de mujeres ngäbe y de muy bajos recursos, y me pidió que le colaborara en la parte de la alimentación. Hice un recuento de todos los ingredientes sencillos que tenemos a la disposición y que ellas  conocen; y cree unas 20 recetas  fáciles, pero sabrosas y nutritivas, porque ellas tienen un problema de desnutrición grande y me parece que es por desconocimiento  de la comida”.

La chef chiricana describe su proyecto como “un libro de cocina básica... con recetas que se pueden preparar en fogón de leña o una sencilla estufa de gas”, usando  instrumentos básicos de la cocina del campo:  cuchillo, cucharón, máquina de moler y un rallador. Nada más.

Una vez escrito el libro, que en español se titula Fogón de mis amores, decidieron traducirlo al ngabere, labor realizada por el misionero Erix Beitia. Las fotografías las realizó Emily Farrar y la editora fue María Mercedes García de Paredes, y el prólogo lo escribió  Efraín Hallax.  

Antes de su impresión, Miranda tuvo tiempo de añadirle un descubrimiento que hizo. “La esencia de una palma que usan como alimento y que es sumamente rica en hierro y zinc. Se lo dan a personas enfermas y a los niños cuando están creciendo”. En el momento en que conversábamos  telefónicamente, estaba cocinando  ñurum, como llaman los ngäbe a este alimento; en español le dicen “macarrón de comarca”, nos dice la chef, y también bobá.

Al tiempo que el libro está nominado en Francia, comienza su recorrido por Chiriquí. Este libro no se venderá, recalca Miranda. Incluso, la chef  tiene claro que aún en ngabere, habrá  mujeres ngäbe que no podrán leerlo, por lo que la intención es que el libro se divulgue también oralmente a través de instructoras, y por ello, se entregará a maestras, “gente que pueda transmitir ese conocimiento”. Además, en mayo, la chef iniciará una serie de talleres, de cinco mujeres en cada sesión, en su restaurante durante las mañanas, para instruirlas sobre el libro y sus recetas, para que puedan compartirlo con otras mujeres. También planea entregarlo   a sacerdotes que trabajan con mujeres ngäbe, especialmente con embarazadas para enseñarles cómo cuidar la alimentación de sus hijos.

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Durante el festival Volcán Verde Integral, que Miranda organiza junto a Lorraine Washington y Leticia Achils (en la foto), se ofrecieron las primeras charlas con recetas del libro, preparadas por un cocinero ngäbe.